En los últimos días, tres instalaciones clave de la Fuerza Aérea de EE. UU. en el Reino Unido han reportado varias incursiones no autorizadas de drones, lo que ha levantado preocupaciones urgentes sobre la seguridad aérea y la efectividad de las actuales medidas contra este tipo de amenazas. Los incidentes se produjeron durante un plazo de cuatro días en RAF Lakenheath, RAF Mildenhall y RAF Feltwell, lo que ha suscitado un escrutinio por parte de funcionarios de defensa tanto de EE. UU. como del Reino Unido, según un informe de CNN.
Las intrusiones parecen seguir un patrón de sofisticación, tal y como ha señalado un portavoz de las Fuerzas Aéreas de EE. UU. en Europa. La cantidad de drones involucrados fluctuó y varió en tamaño y configuración, lo que sugiere que no fueron sucesos aleatorios, sino una serie de vuelos coordinados dirigidos a sitios militares estratégicos.
Drones y seguridad militar
Las implicaciones de estas incursiones son significativas, dado el papel estratégico de las bases involucradas. RAF Lakenheath alberga al 48º Ala de Cazas y a los más recientes cazas F-35A Lightning II. Por su parte, RAF Mildenhall es la única ala de reabastecimiento aéreo permanente de EE. UU. en Europa, mientras que RAF Feltwell proporciona funciones esenciales de apoyo y comunicación, críticas para la preparación operativa.
En respuesta a estos sucesos, el Ministerio de Defensa británico ha reafirmado su compromiso con el mantenimiento de protocolos de seguridad robustos, incluyendo capacidades específicas para contrarrestar drones. Aunque no se han revelado medidas defensivas específicas, los sistemas modernos de contrarresto de aeronaves no tripuladas (C-UAS) generalmente incorporan tecnologías de detección y seguimiento por RF, contramedidas de guerra electrónica, reconocimiento de drones impulsado por inteligencia artificial y interceptores terrestres. Las evaluaciones llevadas a cabo indicaron que ninguna incursión de drones afectó a los residentes de las bases ni a infraestructuras críticas.
Este tipo de incidentes se produce en medio de un aumento de las tensiones internacionales y subraya los desafíos de seguridad más amplios, especialmente en relación con el papel en evolución de los drones en contextos militares. La reticencia de ambos países a divulgar detalles adicionales refleja un enfoque cauto hacia asuntos de seguridad delicados.
A medida que la tecnología de drones avanza, la aparición de drones comerciales ha introducido nuevas vulnerabilidades para las instalaciones militares, convirtiendo la mejora de las tecnologías para contrarrestar drones en una prioridad urgente. Esta situación podría acelerar los esfuerzos para desarrollar e implementar sistemas de detección y disuasión más avanzados en instalaciones militares a nivel global.
La serie de incursiones en estos puntos estratégicos de la Fuerza Aérea de EE. UU. destaca la creciente necesidad de estrategias eficaces para salvaguardar operaciones militares sensibles frente a posibles amenazas derivadas del uso de drones.
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