Según informes recientes del diario The Wall Street Journal, Taiwán está intensificando sus esfuerzos para establecer una flota de drones con fines de defensa. Sin embargo, la nación se enfrenta a un desafío significativo: la mayoría de los drones rentables y eficientes utilizados en la guerra moderna son fabricados por China, el mismo país al que Taiwán está tratando de defenderse.
El conflicto en Ucrania ha puesto de relieve la importancia estratégica de los drones pequeños y asequibles en la guerra asimétrica. Taiwán, anticipando un posible conflicto con China, está buscando adoptar tácticas similares. Sin embargo, replicar las tácticas de Ucrania está resultando ser complejo debido al dominio de China en la fabricación de drones.
El Ministerio de Defensa de Taiwán ha propuesto un presupuesto de aproximadamente 175 millones de dólares para adquirir 3.200 drones en un período de cinco años. Esto queda por debajo de los aproximadamente 10.000 drones utilizados mensualmente por Ucrania, según el Royal United Services Institute.
Expertos, como Eric Gomez del Instituto Cato, destacan la necesidad de almacenar drones para Taiwán. Destaca el papel crucial que desempeñan los almacenes en conflictos como el de Ucrania. Gomez enfatiza la importancia de asegurar los almacenes antes de cualquier conflicto potencial debido a las incertidumbres relacionadas con el reabastecimiento.
A diferencia de Ucrania, que inicialmente dependía de drones DJI fabricados en China, Taiwán debe evitar los componentes chinos debido a problemas de seguridad. Esto supone un desafío para Taiwán, ya que busca construir un inventario sustancial de drones sin acceso a proveedores chinos.
Aunque Taiwán posee la experiencia tecnológica para fabricar drones, el país tiene dificultades para lograr la escala necesaria para una producción rentable. Líderes de la industria local, como Chen Kuan-lu y Jonson Huang, han expresado dificultades para encontrar componentes asequibles fuera de China.
A pesar de estos obstáculos, el gobierno de Taiwán está apoyando activamente el desarrollo de un “equipo nacional de drones”. El ex presidente electo Lai Ching-te ha expresado ambiciones de posicionar a Taiwán como un actor clave en la cadena de suministro democrática de drones en Asia.
Reconociendo la necesidad de drones de Taiwán, Estados Unidos ha aprobado un paquete de armas de 360 millones de dólares que incluye aproximadamente 1.000 aeronaves no tripuladas. Taiwán también está invirtiendo en tecnología anti-drones para protegerse contra las posibles amenazas planteadas por los drones chinos.
Esta situación subraya la creciente importancia de la tecnología de drones en las estrategias de defensa contemporáneas. A medida que los drones continúan transformando el panorama de la guerra, países como Taiwán se enfrentan al doble desafío de avanzar rápidamente en las capacidades nacionales de drones mientras navegan por intrincados dilemas en la cadena de suministro geopolítico. Esta situación subraya la necesidad de una mayor colaboración entre naciones democráticas en el desarrollo y producción de tecnología de drones, así como la importancia de diversificar las cadenas de suministro globales para tecnologías clave de defensa para reducir la dependencia de fuentes potencialmente adversarias.
