El pasado viernes, el Secretario de Transporte de EE. UU., Sean Duffy, reveló que la Administración Federal de Aviación (FAA) está en camino de proponer nuevas regulaciones que buscan expandir el uso de drones para la entrega con drones y otros servicios, marcando así un momento crucial para la industria estadounidense de drones. Después de visitar la sede de Prime Air de Amazon en Seattle, Duffy subrayó la intención de la FAA de mejorar la “autoridad y claridad” para los desarrolladores de drones, con un anuncio esperado en breve. Este esfuerzo responde a los llamados de la industria, aunque se produce en un contexto de retrasos previos por parte de la FAA y limitaciones presupuestarias de la administración Trump.
Las regulaciones propuestas podrían facilitar operaciones más allá de la línea de visión (BVLOS), esenciales para empresas como Amazon Prime Air, Zipline y Wing. Duffy hizo hincapié en la necesidad de contar con normas claras, afirmando que si no se establecen reglas que permitan a los innovadores desarrollar y probar productos, el avance no se concretará en el país. Se espera que el borrador de las regulaciones recoja también las opiniones de otras agencias federales, sugiriendo un posible cambio en la dinámica del sector.
No obstante, un análisis de la historia debe moderar las expectativas. La norma de Identificación Remota, propuesta en 2019 para habilitar el seguimiento en tiempo real de drones, enfrentó una fuerte oposición y desafíos legales, siendo finalmente aprobada en 2023. Recientes recortes presupuestarios y reducciones de personal pueden obstaculizar aún más los esfuerzos de la FAA, generando incertidumbre sobre los plazos que Duffy describió como “cortos”.
Desafíos en la entrega con drones
El avance de las tecnologías de entrega con drones requiere hardware especializado. Por ejemplo, el FlyCart 30 de DJI puede transportar hasta 30 kilogramos durante 16 kilómetros a velocidades de 72 kilómetros por hora, mientras que los drones de Amazon han sido diseñados para paquetes de hasta 2.3 kilogramos en distancias más largas. Sin embargo, las operaciones BVLOS demandan sistemas sofisticados de detección y evitación, y las limitaciones de las baterías siguen siendo un desafío crítico.
Mientras empresas estadounidenses como Amazon y Zipline buscan oportunidades de expansión, se enfrentan a una feroz competencia de actores consolidados en el mercado. DJI controla más del 70% del mercado comercial de drones en EE. UU., y los esfuerzos legislativos para limitar las importaciones chinas elevan las apuestas para las firmas locales. A medida que la FAA se propone actualizar las regulaciones existentes, incluida la parte 107, la integración de drones en el espacio aéreo compartido requerirá una asignación significativa de recursos.
El éxito en este sector podría revolucionar la logística, con la posibilidad de crear una industria de 43 mil millones de dólares para 2030. Sin embargo, los retrasos previos de la FAA, junto con las actuales limitaciones de personal y recursos, pueden obstaculizar el progreso. A medida que la agencia enfrenta estos retos, el futuro de la innovación en drones en EE. UU. está en juego, con el riesgo de quedar rezagados respecto a competidores internacionales. Si las iniciativas de la FAA fallan, el país podría depender de la tecnología de drones importada en lugar de desarrollar la propia. El tiempo será clave en este paisaje en evolución.