El Ayuntamiento de Newport Beach tomó una decisión unánime al aprobar un contrato de cinco años valorado en 2,176,037.60 dólares (aproximadamente 1,982,839 euros) con BRINC Drones Inc. para establecer un programa avanzado de drones en el Departamento de Policía local. Esta iniciativa representa un movimiento estratégico hacia la incorporación de sofisticados sistemas aéreos no tripulados (UAS) en la seguridad pública, con la intención de mejorar los tiempos de respuesta ante emergencias y la conciencia situacional. El programa integrará siete drones fabricados en Estados Unidos, una red de estaciones de carga y software operativo avanzado, reafirmando la posición de Newport Beach a la vanguardia del movimiento Drone como Primer Respondedor (DFR).
El contrato incluye la adquisición de los drones y la infraestructura necesaria para su implementación efectiva, abarcando soporte técnico y cumplimiento con las regulaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA). BRINC, con sede en Seattle y dirigido por su joven CEO Blake Resnick, ha ofrecido un descuento del 30% sobre el precio de lista, lo que reduce el impacto financiero de esta adquisición tecnológica. Lo más destacable es que el acuerdo contempla previsiones para futuras actualizaciones en los años tres y cinco del contrato.
Los drones de Newport Beach
Dentro de la flota, seis unidades corresponden al modelo BRINC Responder, que Resnick describe como el primer dron diseñado específicamente para responder a emergencias del 911. Estos drones pueden ser desplegados en cuestión de segundos tras una llamada gracias a su integración con los sistemas de despacho existentes. El séptimo dron cumple funciones tácticas, como operaciones de SWAT y negociaciones de crisis, y está equipado con características como visión nocturna y mapeo 3D en tiempo real.
La coordinación del despliegue de estos drones será realizada por detectives civiles situados en el recién establecido Centro de Información Criminal (CIC), optimizando la eficiencia operativa mediante su integración con lectores automáticos de matrículas (ALPRs). Con un tiempo de respuesta proyectado de dos minutos en las 25 millas cuadradas de Newport Beach, el programa tiene como objetivo mejorar la seguridad pública en situaciones de emergencia como robos e incendios forestales.
El contrato de BRINC refleja una tendencia más amplia en la aplicación de tecnologías en la ley estadounidense, donde cada vez más ciudades adoptan drones para apoyar las operaciones policiales. La elección de Newport Beach de un proveedor conforme a la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), en medio de un creciente escrutinio de los drones fabricados en el extranjero, subraya el énfasis local en la seguridad y la fiabilidad. Sin embargo, depender de un único proveedor podría plantear desafíos en términos de flexibilidad y adaptabilidad a medida que la tecnología evoluciona.
Además, Newport Beach enfrenta obstáculos regulatorios, ya que su proximidad al Aeropuerto John Wayne requiere la obtención de exenciones de la FAA para operaciones más allá de la línea de visión (BVLOS). La instalación de estaciones de carga para los drones también requiere una planificación cuidadosa, dado el entorno costero único de la ciudad. A medida que Newport Beach inicia esta multifacética iniciativa, los resultados podrían influir en la trayectoria de la tecnología de drones en la seguridad pública en ciudades intermedias de Estados Unidos.