El pasado viernes se produjo un evento ecológico significativo en la Bahía de Monterey, California, donde un equipo de avistamiento de ballenas, dirigido por el capitán de barco y videógrafo Evan Brodsky de Monterey Bay Whale Watch, se encontró con una reunión sin precedentes de más de 2,000 delfines. La escena fue descrita como un agua “hirviendo” con delfines de la especie norteamericana y delfines de lados blancos del Pacífico, marcando uno de los supergrupos más grandes jamás registrados en la zona.
La salida comenzó con la tripulación enfocada en la búsqueda de ballenas grises, pero después de cuatro horas con solo un avistamiento, Brodsky decidió extender la excursión. Este decisión se vio recompensada al hallar un pequeño grupo de 15 delfines, que rápidamente se transformó en un enorme supergrupo. Con la ayuda de un dron, Brodsky documentó la impresionante escala de la reunión, que abarcaba aproximadamente 1.5 millas en el horizonte.
Dorian Houser, director de biología de conservación en la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos, atribuyó el tamaño del supergrupo a un incremento en la disponibilidad de alimento, facilitado por la geografía única de la Bahía de Monterey, en especial el Cañón Submarino de Monterey. Este rasgo submarino fomenta el afloramiento de nutrientes, atrayendo una amplia variedad de vida marina y resaltando la importancia ecológica de la región.
La utilización de drones por parte de Brodsky fue incidental y no un método formalizado de observación científica, pero demuestra el creciente papel de esta tecnología en la investigación de la vida salvaje. Los drones ofrecen una manera no invasiva de monitorear especies marinas en vastas áreas sin perturbarlas, proporcionando imágenes de alta resolución que superan a los métodos tradicionales basados en embarcaciones. Sin embargo, hay que considerar limitaciones como la duración de la batería y las regulaciones de la Administración Federal de Aviación de EE. UU. sobre la operación de drones cerca de la vida silvestre.
Este extraordinario encuentro no solo resalta los aspectos impredecibles de la vida salvaje, sino también las potenciales aplicaciones de la tecnología de drones en la conservación marina. Conforme aumenta el interés en el uso de drones, podría surgir una elevada demanda por modelos específicos para el entorno marino, lo que llevaría a mejoras en características como la impermeabilidad y el rango de vuelo extendido.
El material grabado por Brodsky constituye una valiosa contribución para entender las poblaciones de delfines y a su vez resalta la necesidad de métodos de observación de vida silvestre responsables que se alineen con las regulaciones ambientales. Este avistamiento de supergrupo subraya la interconexión entre tecnología y conservación, lo que podría influir en las prácticas de investigación futura en los ecosistemas marinos.