Aquiline Drones, una empresa centrada en servicios de limpieza asistidos por drones con sede en Connecticut, ha lanzado una ambiciosa iniciativa que busca abordar los problemas de graffiti en las ciudades de Estados Unidos. Tras una colaboración con el Departamento de Transporte del Estado de Washington (WSDOT), Aquiline se prepara para presentar su solución innovadora para la limpieza de graffiti bajo el lema «Haz América Limpia de Nuevo».
La tecnología de Aquiline Drones utiliza drones para disminuir de manera significativa la aparición de grafitis, empleando avanzadas capacidades de pulverización de pintura desde el aire con el fin de ocultar marcas ofensivas. Este método da prioridad a la seguridad, reduciendo la necesidad de que los trabajadores del Departamento de Transporte se expongan a situaciones peligrosas. Además, el sistema integra vigilancia por video para identificar en tiempo real los casos de tagging, enviando alertas a las autoridades pertinentes cuando es necesaria una intervención.
Aquiline Drones y su modelo Spartacus Endure
En el centro de esta iniciativa se encuentra el modelo Spartacus Endure de Aquiline, un dron que tiene un coste de $30,000 (aproximadamente €28,000) y ha sido diseñado para realizar múltiples tareas operativas. Entre sus capacidades se incluye la pulverización aérea para la agricultura y la limpieza de ventanas o azoteas. Este dron se puede equipar con un rociador de pintura especializado, lo que le permite abordar eficazmente el graffiti en lugares de difícil acceso.
Barry Alexander, fundador y CEO de Aquiline Drones, subraya los beneficios sociales que puede proporcionar el uso de esta tecnología. Alexander defiende un enfoque medido para garantizar resultados exitosos en la conservación del entorno urbano. Por su parte, Michael Gauger, Superintendente de Operaciones de Mantenimiento de WSDOT, dio el impulso a esta asociación debido a las ineficiencias en la gestión del graffiti. Destacó las ventajas del uso de drones en comparación con los métodos tradicionales, que suelen requerir equipamientos pesados y gran número de personal.
La estimación de Gauger es que la eliminación de graffiti en áreas de complicado acceso puede costar hasta $25,000 (alrededor de €23,000) dependiendo de las circunstancias, mientras que un simple spray de pintura sigue siendo relativamente barato. Gracias a la implementación de la tecnología de Aquiline, las ciudades podrían realizar la eliminación de graffiti de forma más económica y eficiente, lo que potencialmente ayudaría a reducir los incidentes de tagging mediante operaciones rápidas de limpieza.