En abril de 2025, Canadá presentará nuevas directrices para las aplicaciones de vuelos más allá de la línea visual (BVLOS) con drones. Esta normativa representa un avance significativo para la industria de los drones, facilitando el desarrollo de vuelos a mayores distancias sin que el piloto necesite mantener contacto visual con la aeronave. Se espera que esta legislación tenga un impacto notable en aplicaciones comerciales como las entregas médicas, las inspecciones agrícolas y el control industrial.
Hasta ahora, los pilotos debían solicitar permisos individuales para cada vuelo BVLOS ante Transporte Canadá, un proceso que podía consumir horas y horas de papeleo. Las nuevas normas sustituyen este engorroso procedimiento por un sistema más ágil, diseñado para operaciones de bajo riesgo en áreas poco densamente pobladas. Esto es especialmente crucial para las comunidades remotas, donde los drones pueden ofrecer contribuciones valiosas en la entrega de productos y servicios.
Nuevas oportunidades para el sector de los drones en Canadá
Ryan Coates, director ejecutivo de Sistemas de Aeronaves Pilotadas Remotamente en Transporte Canadá, explica que la modificación de las regulaciones era necesaria, considerando la madurez de la tecnología y de la industria para operaciones masivas BVLOS. La atención se centra en drones con un peso máximo de 150 kilogramos, equipados con tecnologías de detección y evasión, que operan en espacios aéreo no controlado a bajas alturas.
Ian Wills, director de Coastal Drone en Columbia Británica, ve en esta nueva normativa una oportunidad clave para el avance en el sector. Los drones, explica, se utilizarán para inspecciones en instalaciones petroleras y técnicas de agricultura de precisión. Por su parte, Glen Lynch, CEO de Volatus Aerospace, destaca que los cambios tendrán un efecto positivo también en el ámbito social. Las posibilidades para realizar entregas médicas en áreas apartadas, como evidenció un proyecto piloto en el norte de Columbia Británica, han mejorado de forma significativa. En este proyecto, se llevaron a cabo más de 1.200 vuelos de prueba para entregar medicamentos a la Primera Nación Stellat’en. Dr. John Pawlovich, participante del proyecto, subraya el potencial de los drones para mejorar el acceso a servicios médicos en zonas aisladas.
La nueva normativa complementa la primera legislación sobre drones en Canadá, introducida en 2019, que estableció directrices como la prohibición de volar cerca de aeropuertos y el veto al manejo de drones bajo la influencia de alcohol o drogas. Desde entonces, más de 107.000 pilotos de drones han sido certificados y cerca de 100.000 drones están registrados en el país. Con estos avances, Canadá se posiciona a la vanguardia del desarrollo en el ámbito de los drones, abriendo un abanico de posibilidades que promete revolucionar sectores clave de la economía.