El FBI ha intensificado su investigación sobre un grave incidente que involucró a un dron DJI Mini, que colisionó con un avión de combate contra incendios Super Scooper durante las operaciones de ayuda ante los incendios forestales en Los Ángeles. Esta colisión causó daños considerables en el ala izquierda del avión de bomberos y tuvo lugar en medio de los desafíos que plantea el incendio de Palisades cerca de Malibu, California. Las autoridades han emitido advertencias sobre los peligros que suponen los vuelos no autorizados de drones en zonas de incendios activos, lo que representa un riesgo significativo para las operaciones de extinción.
En una colaboración con el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), los agentes federales están registrando los barrios locales en busca de grabaciones de cámaras de seguridad que puedan conducir a la identificación del operador del dron. Es importante destacar que los agentes del FBI realizaron una visita a la casa de Brentwood del actor Ben Affleck, intentando obtener imágenes de cámaras de seguridad que pudieran arrojar luz sobre el incidente. Affleck había evacuado su hogar debido al incendio, pero ha regresado a casa sano y salvo. Mientras tanto, la investigación sobre el origen del dron continúa expandiéndose.
La intervención del FBI y Ben Affleck
La oficina del FBI en Los Ángeles ha establecido una línea de información para que los residentes reporten datos relacionados con el caso. Las autoridades subrayan que la actividad no autorizada de drones ha obstaculizado gravemente los esfuerzos de respuesta de emergencia. El sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, confirmó que tres personas han sido arrestadas en conexión con incidentes separados relacionados con drones durante la crisis de incendios. Desde que los incendios comenzaron el 7 de enero, al menos 40 vuelos no autorizados de drones han sido registrados en las áreas afectadas, lo que ha llevado a la suspensión temporal de operaciones aéreas.
El subdirector de bomberos, Robert Harris, reportó que 48 drones de propiedad privada fueron detectados sobrevolando zonas de incendios activos en solo un fin de semana. Los aviones de extinción, incluidos los canadienses Super Scooper, han tenido que esquivar estos drones, lo que retrasa las necesarias descargas de agua que son esenciales para controlar las llamas.
La FAA y el FBI han enfatizado las graves consecuencias legales de interferir en los esfuerzos de respuesta a incendios, incluyendo posibles cargos criminales federales por violar las restricciones temporales de vuelo (TFR) en zonas de emergencia. Estas violaciones podrían acarrear sanciones de hasta 71.000 euros (75.000 dólares) por incidente y encarcelamiento de hasta 12 meses. La FAA ha alertado que los vuelos no autorizados de drones cerca de las zonas de incendios ponen vidas en riesgo, recordando a los operadores la importancia de cumplir con las regulaciones y fomentando la cooperación pública en estos asuntos.
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