Estados Unidos está sopesando la implementación de nuevas regulaciones sobre drones comerciales procedentes de China, citando preocupaciones importantes de seguridad nacional. Este posible cambio de política ha generado una fuerte oposición por parte del gobierno chino, lo que agrava aún más las ya tensas relaciones entre ambas naciones. El jueves, el Departamento de Comercio de EE. UU. indicó que está evaluando posibles normas para mitigar los riesgos asociados con drones que utilizan tecnología de países como China y Rusia. Las autoridades expresaron inquietudes sobre cómo la tecnología extranjera podría permitir el control no autorizado de estos drones, lo que supondría amenazas significativas para la seguridad nacional estadounidense.
Implicaciones de la política para China
El feedback público sobre las regulaciones propuestas se aceptará hasta el 4 de marzo, dejando la decisión final en manos de la administración del presidente electo Donald Trump. En respuesta, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, criticó a EE. UU. por lo que ella considera una interpretación amplia de la seguridad nacional. Afirmó que el enfoque de EE. UU. está interfiriendo con actividades económicas y comerciales legítimas y pone en peligro la estabilidad de las cadenas de suministro globales. Mao también enfatizó que China tomará “todas las medidas necesarias” para proteger sus derechos e intereses en este contexto.
Estas restricciones potenciales que se están planteando en EE. UU. pueden tener repercusiones sustanciales para la posición de China en el mercado global de drones. DJI, el mayor fabricante de drones del mundo, se verá probablemente afectado, lo que generará un aumento en las tensiones. Washington ya había examinado a DJI debido a acusaciones de vigilancia en relación a minorías étnicas en China, y lo designó como una “Empresa Militar China” en 2022, lo que la compañía niega, afirmando ser una entidad privada sin vínculos militares. Tras esta designación, DJI presentó una demanda contra el Departamento de Defensa de EE. UU. para apelar esta clasificación, argumentando que se centra en drones de consumo y comerciales, en lugar de aplicaciones militares.
Históricamente, Estados Unidos ha mostrado una vigilancia constante sobre la tecnología china debido a preocupaciones de seguridad, como se evidenció en su prohibición de septiembre sobre la venta de vehículos conectados que utilizan tecnología de China o Rusia. Si se promulgan las nuevas regulaciones sobre drones, podrían intensificar las tensiones comerciales existentes y afectar negativamente a las industrias que dependen de capacidades avanzadas y accesibles en drones. Con ambas naciones firmemente posicionadas, el desarrollo de esta situación marcará un nuevo capítulo en la ya de por sí intensa rivalidad económica entre EE. UU. y China.
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