Amazon ha tomado la decisión de suspender sus operaciones de entrega mediante drones Prime Air en Estados Unidos, tras una serie de incidentes en su centro de pruebas. Este movimiento representa un importante obstáculo para el ambicioso programa de entrega de drones de Amazon, que busca distribuir casi 500 millones de paquetes anualmente para 2030. La suspensión afecta las operaciones comerciales en Texas y Arizona, mientras Amazon implementa actualizaciones de software esenciales en su flota de drones.
La decisión de Amazon se ha visto influenciada por dos incidentes ocurridos en los últimos meses. En diciembre, condiciones climáticas adversas provocaron la caída de dos drones de entrega en el centro de pruebas de la compañía en Pendleton, Oregón. Esto ocurrió después de un episodio anterior en septiembre, cuando una mala gestión operativa dio lugar a una colisión en pleno vuelo durante pruebas simultáneas de drones que presentaban fallos en los propulsores.
Desafíos técnicos para Amazon
Los recientes accidentes plantean serias dudas sobre la preparación técnica del programa, especialmente su rendimiento en condiciones climáticas adversas. Aunque Amazon asegura que su dron MK30 está diseñado para soportar condiciones desafiantes, su incapacidad para operar eficazmente bajo la lluvia suscita inquietudes sobre la fiabilidad del sistema en situaciones reales, dado que las entregas deben continuar a pesar del mal tiempo.
Además, la supervisión operativa se encuentra bajo la lupa tras el incidente de septiembre, donde se lanzaron varios vuelos de prueba de manera simultánea, lo que pone de manifiesto posibles deficiencias en los protocolos de seguridad y coordinación. Este escenario es preocupante, considerando que la colisión tuvo lugar durante pruebas controladas y no en operaciones de entrega activas.
Desde un punto de vista económico, la estructura actual de precios para las entregas de Prime Air es de 9,99 euros para los miembros de Prime y 14,99 euros para los no miembros. Sin embargo, proyecciones internas sugieren que cada entrega podría costar a Amazon hasta 63 euros para 2025, lo que genera escepticismo sobre la viabilidad a largo plazo del servicio.
Las preocupaciones regulatorias también están a la vista. Aunque Amazon ha conseguido las aprobaciones necesarias de la FAA para operar drones más allá de la línea de visión, los incidentes recurrentes podrían atraer un escrutinio más cercano por parte de los reguladores. Esto llega en un momento en que la compañía enfrenta desafíos para mantener relaciones regulatorias debido a la salida de ejecutivos clave.
A medida que Amazon trabaja para abordar estos contratiempos técnicos, la suspensión de sus operaciones en EE. UU. podría permitir que competidores como Alphabet y Walmart refuercen sus redes de entrega, impactando potencialmente la posición de mercado de Amazon. Aun cuando la compañía busca oportunidades internacionales, como las pruebas recientes en Italia, estos retos podrían obstaculizar su expansión global y las aprobaciones regulatorias en el extranjero. En resumen, la suspensión de las operaciones de Prime Air de Amazon resalta la complejidad asociada a la escalabilidad de sistemas de entrega mediante drones y enfatiza la brecha entre las pruebas y la aplicación en el mundo real.