La Noruega del futuro se está preparando para hacer frente a los desafíos de seguridad contemporáneos mediante inversiones significativas en sistemas antidrones de última generación (C-UAS), destinados a proteger infraestructuras estratégicas como bases aéreas. El Instituto de Adquisiciones de Defensa de Noruega (NDMA) ha lanzado una licitación valorada en 750 millones de coronas noruegas, aproximadamente 65 millones de euros, para la adquisición de estos sistemas, que incluirán un contrato de soporte.
Este ambicioso proyecto propone una colaboración a largo plazo, donde se contempla la entrega de un sistema antidrones capaz de detectar, identificar y neutralizar amenazas aéreas provenientes de drones de clase 1. Un sistema C-UAS completo integra un sistema de mando (C2), sensores y efectores, tanto cinéticos como no cinéticos. Resulta crucial que estos sistemas se integren de manera perfecta con las estructuras de mando y control ya existentes en las fuerzas armadas noruegas.
Además de la entrega de los dispositivos, el proveedor que resulte seleccionado deberá firmar un contrato de servicio para brindar apoyo durante el uso del sistema antidrones. Se estima que esta colaboración tendrá una duración de cuatro años, con la posibilidad de extenderse hasta siete. Este enfoque en la sostenibilidad del sistema resalta la importancia de tener un soporte técnico adecuado en el manejo de nuevas tecnologías.
Un proceso de licitación metódico
El proceso de licitación se ha estructurado en dos fases. En la primera, los proveedores interesados podrán presentar sus solicitudes hasta el 13 de diciembre de 2024. A través de criterios de selección predefinidos, se invitará a los cinco a diez mejores candidatos a participar en la segunda fase.
Durante esta etapa, los seleccionados recibirán información más detallada sobre las exigencias y criterios de evaluación. Finalmente, se invitará a tres de ellos a mantener conversaciones clave sobre la adjudicación del contrato. Esta meticulosidad en el proceso asegura que Noruega reciba la tecnología más avanzada para su sistema antidrones y, por ende, se puede responder de manera efectiva a las amenazas emergentes.
La considerable inversión realizada enfatiza el compromiso de Noruega para reaccionar adecuadamente ante desafíos de seguridad cada vez más complejos. El auge de los vehículos aéreos no tripulados ha puesto en evidencia la necesidad de un sistema antidrones robusto, no solo para salvaguardar instalaciones militares, sino también para futuras aplicaciones en la protección de infraestructuras civiles en situaciones de crisis.
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