Un reciente informe que involucra a Northrop Grumman y otros actores clave de la industria ha resaltado las principales preocupaciones relacionadas con la seguridad del espacio aéreo y la complejidad de integrar la entrega con drones. Los desafíos que se presentan son barreras significativas para la adopción generalizada de los servicios de entrega comercial mediante drones. Doug Davis, director de aeronavegabilidad e integración del espacio aéreo en Northrop Grumman, subraya la necesidad de que los operadores de drones sigan regulaciones establecidas en la aviación, resaltando que deben operar dentro de un marco de riesgo operativo igual al de todas las aeronaves que vuelan en el espacio aéreo nacional.
A pesar de los obstáculos presentes, el sector de entrega con drones ha avanzado notablemente en los últimos años. En marzo de 2020, UPS y Matternet obtuvieron autorización de la FAA para realizar entregas de suministros médicos, lo que posteriormente llevó a una expansión hacia entregas comerciales a domicilio en California. Ese mismo año, Wing Aviation logró la primera certificación comercial para entregas con drones por parte de la FAA, marcando hitos importantes en la industria. Más recientemente, en agosto de 2023, UPS recibió autorización para operaciones más allá de la línea de visión (BVLOS), lo que representa otro avance significativo.
Retos en entornos urbanos para la entrega con drones
Las áreas urbanas presentan dificultades técnicas específicas, especialmente en lo que se refiere a microclimas que complican las operaciones de los drones. Según Marcus Johnson, de NASA Ames, estos microclimas pueden desafiar la conciencia situacional con respecto a las condiciones de vuelo actuales, sobre todo si se opera el dron BVLOS. Además, la interferencia de radiofrecuencia se ha convertido en una preocupación importante, ya que los operadores de drones a menudo dependen de bandas de frecuencia no licenciadas, como 2.4 GHz y 5.8 GHz, que también son utilizadas por redes Wi-Fi comerciales y residenciales. Este uso compartido puede generar fallos en la comunicación en áreas densamente pobladas, aumentando así las preocupaciones de seguridad.
Para abordar estos desafíos, la FAA ha adoptado una estrategia colaborativa en la integración de drones en el espacio aéreo nacional. Junto con NASA, trabajan en el sistema de Gestión de Tráfico de Aeronaves No Tripuladas (UTM), priorizando estándares de seguridad basados en el rendimiento en lugar de imponer estrictos mandatos de diseño. Este enfoque se está evaluando actualmente a través de un consorcio en el norte de Texas que analiza diversos servicios de entrega con drones; no obstante, todos los drones destinados a la entrega de paquetes deben recibir dicha certificación de aeronavegabilidad.
Los líderes de la industria, como UPS, también están tomando medidas para aumentar la confianza del público en los sistemas de entrega con drones. A través de demostraciones que incluyen tanto entregas comerciales urgentes como residenciales no urgentes, UPS está influyendo activamente en la política de drones en EE. UU. además de aprovechar alianzas con instituciones para mejorar sus iniciativas, lo cual es crucial para fomentar la aceptación social de este nuevo sistema de entrega.
En conclusión, la integración de los servicios de entrega con drones refleja un delicado equilibrio entre la innovación y la seguridad. Las perspectivas de Northrop Grumman, combinadas con el enfoque metódico de la FAA y los avances en la industria, indican que, aunque la llegada de servicios de entrega con drones se vislumbra en el horizonte, su despliegue será deliberado y orientado a la seguridad. Las pruebas en curso del sistema UTM en el norte de Texas generan expectativas de obtener datos críticos que podrían facilitar una implementación más amplia en todo el país.