Un importante avance arqueológico ha surgido en Uzbekistán, donde la tecnología de LiDAR basada en drones ha revelado la existencia de dos extensas ciudades medievales ocultas en las montañas de la región. Este hallazgo invita a una reevaluación de las rutas comerciales históricas y los patrones de urbanización. Los detalles de esta investigación, que subraya el papel transformador de la tecnología aérea moderna en la arqueología, han sido publicados recientemente en la revista Nature.
La iniciativa de investigación, encabezada por Michael Frachetti, profesor de Arqueología en la universidad de Washington en St. Louis, y Farhod Maksudov del Centro Nacional de Arqueología en Uzbekistán, marca la primera aplicación de LiDAR con drones en Asia Central, con el apoyo de la Sociedad Nacional Geographic. Frachetti explicó que el proyecto requirió la integración de datos provenientes de más de 17 vuelos en drone durante tres semanas, creando así mapas de alta resolución. Además, comentó que el mapeo manual de estos grandes sitios podría haberse prolongado una década.
El asentamiento más grande de los dos, Tugunbulak, ocupa aproximadamente 120 hectáreas, lo que lo posiciona como uno de los centros urbanos más relevantes de su época. Situadas a altitudes de entre 2,000 y 2,200 metros sobre el nivel del mar, estas ciudades desafían las teorías establecidas sobre la urbanización medieval en áreas montañosas. Los escaneos de LiDAR han revelado complejas infraestructuras urbanas, que incluyen torres de vigilancia defensivas, edificios fortificados, extensas redes viales y sistemas avanzados de gestión del agua.
Maksudov destacó que los habitantes de Tugunbulak llevaban un estilo de vida nómada pastoril, al mismo tiempo que desarrollaron una cultura y economía política independientes. Este hallazgo sugiere una posible síntesis entre prácticas nómadas y urbanas, siendo Tashbulak, una ciudad más pequeña cercana, un relevante complemento a esta narrativa.
Notablemente, las excavaciones preliminares en Tugunbulak han indicado actividad industrial significativa, con evidencias que sugieren la existencia de una sofisticada instalación de producción de acero. A diferencia de las suposiciones previas que señalaban que los terrenos montañosos obstaculizaban el comercio de la Ruta de la Seda, Frachetti sostiene que estas ciudades funcionaron como núcleos vitales de producción y comercio, promoviendo el intercambio local y regional.
El proyecto ha empleado algoritmos computacionales avanzados y sensores LiDAR de última generación, lo que ha resultado en algunas de las imágenes de mayor resolución de sitios arqueológicos hasta la fecha. Así, esta investigación no solo enriquece nuestra comprensión del desarrollo urbano medieval, sino que también potencia la posibilidad de descubrir otros sitios históricos en entornos difíciles. Frachetti anticipa que esta innovadora metodología podría alterar considerablemente las percepciones sobre el desarrollo urbano en la medieval Asia.