Dos individuos de Georgia han sido detenidos por presuntamente utilizar un dron de gran envergadura para introducir contrabando en una prisión federal situada en Grant Parish, Luisiana. El sheriff de Grant Parish (GPSO) ha dado a conocer la noticia. Este dron, que supera los cinco pies de ancho, ilustra una tendencia creciente en la complejidad de las operaciones de contrabando con drones dirigidas a instalaciones correccionales. Las capacidades de carga del dron se reflejan en los artículos confiscados, que incluyen tabaco valorado en 32,000 dólares (aproximadamente 29,000 euros), marihuana por 8,000 dólares (cerca de 7,300 euros), vaporizadores de THC, diez teléfonos móviles y un arma de fuego robada.
Los detenidos han sido identificados como Sharketie Leverette, de 33 años y residente en McDonough, Georgia, y Michael Eulin, de 35 años y originario de Atlanta, Georgia. Leverette enfrenta cargos relacionados con la distribución de marihuana y la introducción de contrabando en un entorno penitenciario. Eulin, por su parte, se enfrenta a una variedad de cargos que abarcan la posesión de un arma de fuego como delincuente convicto, posesión ilegal de un arma robada, distribución de marihuana, ingreso de contrabando en una prisión y obstrucción a la justicia.
El desafío del contrabando con drones
Este incidente pone de relieve el desafío persistente que enfrentan las instituciones penitenciarias para evitar que el contrabando con drones ingrese a sus espacios. Los drones representan una amenaza significativa, ya que son capaces de eludir medidas de seguridad tradicionales como cercas y muros. El uso de un dron de tal tamaño podría señalar una respuesta estratégica por parte de los contrabandistas ante las contramedidas de las instalaciones correccionales, complicando aún más la lucha entre las fuerzas de seguridad y aquellos que intentan vulnerar las defensas de las prisiones.
Aunque este caso resalta el uso indebido de la tecnología avanzada de drones, es esencial reconocer las aplicaciones benéficas de los drones en diversos sectores, como los servicios de entrega y las operaciones de búsqueda y rescate. La clave radica en encontrar un equilibrio entre el avance de las capacidades de los drones y las medidas de seguridad necesarias. A medida que las prisiones implementan sistemas anti-drones para frenar vuelos no autorizados, incidentes como este podrían acelerar la adopción de dichas tecnologías. Te invito a compartir tu opinión sobre este intento de contrabando de alta tecnología en los comentarios a continuación.