En el contexto de la devastación causada por el huracán Helene en el oeste de Carolina del Norte, donde la asistencia se volvió crítica tras la destrucción de carreteras importantes, surge una impresionante iniciativa de voluntarios. Este grupo de operadores de drones se unió para entregar suministros esenciales a las comunidades aisladas. Jeff Clack, supervisor principal de operaciones de Bestway Ag, lideró esta coalición, organizando un equipo de pilotos para transportar alimentos, medicinas, fórmulas para bebés y otros artículos cruciales a aproximadamente 100 residentes que quedaron sin acceso a la ayuda. Los deslizamientos de tierra generados por la tormenta dificultaron enormemente los esfuerzos tradicionales de rescate.
Clack, junto con otros pilotos de drones de Kentucky y voluntarios locales, coordinó rápidamente con equipos de rescate terrestre para poner en marcha las misiones aéreas de asistencia. Utilizando una flota que incluía drones de carga pesada DJI, capaces de transportar hasta 230 kilos, el equipo logró entregar casi dos toneladas de suministros directamente a quienes más lo necesitaban. La operación requirió vuelos sobre terrenos montañosos complicados, a menudo más allá de la línea de visión de los operadores. Para garantizar una comunicación efectiva durante estas operaciones, se desplegaron drones más pequeños como relés para mantener un contacto radiofónico constante.
El impulso a este esfuerzo de voluntariado llegó gracias a Russell Hedrick, un agricultor local y exbombero, que utilizó sus conexiones con los servicios de emergencia para facilitar la respuesta de drones. Luego de una intensa tarea de divulgación, que incluyó más de 200 llamadas telefónicas, Hedrick consiguió colaborar con un centro de operaciones de emergencia para optimizar la entrega de ayuda. Las asignaciones diarias de los funcionarios de emergencia locales guiaron sus esfuerzos de búsqueda, lo que ayudó a identificar las áreas que requerían asistencia inmediata.
A pesar de que la respuesta local fue generalmente bien valorada, surgieron preocupaciones en torno a la supervisión federal, especialmente a causa de las acciones de la Administración Federal de Aviación (FAA) y del Departamento de Transporte de EE. UU. (DoT). Anuncios de estas agencias generaron confusión en los pilotos voluntarios sobre la legitimidad de sus operaciones. Hedrick dejó claro que es necesaria una comunicación más clara por parte de las autoridades federales, sobre todo en lo que respecta a la seguridad y la coordinación. A pesar de las complejidades, tanto Clack como Hedrick subrayaron que la cooperación adecuada con los funcionarios locales es esencial para una respuesta eficaz ante desastres, una opinión que refleja sus experiencias al observar cómo las operaciones de drones descoordinadas complicaban los esfuerzos de recuperación en la región.