El Instituto de Tecnología Kumoh en Corea del Sur ha presentado recientemente una solicitud de patente que promete revolucionar la manera en que gestionamos la vida silvestre, particularmente en lo que respecta a mantener a los animales alejados de las carreteras. Este innovador enfoque, identificado con el número de patente WO2023132426, propone un sistema coordinado que combina un dron y un vehículo terrestre, todo ello bajo la supervisión de un servidor central, para prevenir activamente que la fauna acceda a las vías.
La intersección entre carreteras y hábitats naturales cada vez presenta más problemas, con consecuencias graves tanto para los animales como para los vehículos. Investigaciones de Scientific American estiman que aproximadamente 350 millones de animales vertebrados mueren cada año en las carreteras de EE. UU. a causa de colisiones vehiculares. Esta alarmante cifra amenaza la supervivencia de varias especies vulnerables, empujándolas hacia una potencial extinción. En Corea del Sur, los datos corroboran estas preocupaciones, especialmente en la provincia de Gangwon, donde especies como el ciervo de agua (Hydropotes inermis) y el jabalí sufren tasas de mortalidad significativas a causa del tráfico.
A medida que los investigadores intensifican los esfuerzos para recopilar datos sobre las muertes de animales causadas por las carreteras, surgen nuevas estrategias para proteger la fauna, y la aplicación de drones ha empezado a ganar protagonismo. Según la descripción de la patente, el sistema incluye un dron capaz de detectar la presencia de animales cerca de las vías, un servidor de control que procesa estos datos de detección y un vehículo diseñado para patrullar la carretera mientras recibe información de ubicación en tiempo real sobre cualquier fauna cercana.
Esta configuracion innovadora permite un monitoreo continuo de las áreas de alto riesgo donde la fauna cruza con frecuencia las carreteras, lo que posibilita que el vehículo terrestre responda de manera eficaz alertando a los conductores y disuadiendo así a los animales de entrar en las vías. Si se implementa con éxito, este método podría salvar millones de vidas animales en todo el mundo, facilitando una convivencia más armónica con los ecosistemas naturales.