El Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos (NPS) ha implementado restricciones extensas en el uso de sistemas de aeronaves no tripuladas, comúnmente conocidos como drones, en la mayoría de los Parques Nacionales del país. Esta decisión responde a las crecientes preocupaciones en torno a la seguridad de los visitantes, las posibles perturbaciones a la vida silvestre y las quejas sobre el ruido.
Las aeronaves no tripuladas son clasificadas por el NPS como cualquier dispositivo volador operado sin control humano directo, lo que incluye aviones de modelo, cuadricópteros y drones utilizados tanto para actividades recreativas como comerciales. El rápido aumento en el uso de drones ha llevado a una serie de incidentes en las áreas de los parques. En junio de 2014, se emitió una directiva por parte del director del NPS a través del Memorándum de Política 14-05, que obligaba a los superintendentes de los parques a prohibir el lanzamiento, el aterrizaje o la operación de aeronaves no tripuladas dentro de los límites del parque. Esta directiva se mantiene en gran medida en vigor, con muy pocas excepciones permitidas.
Según un portavoz del NPS, “debido a las serias preocupaciones sobre el impacto negativo que el vuelo de aeronaves no tripuladas puede tener sobre la seguridad de los visitantes, el personal y la fauna, su uso ha sido restringido en todos los parques, salvo en unos pocos.” Los infractores de esta regulación pueden enfrentarse a cargos de delito menor, lo que podría conllevar penas de hasta seis meses de prisión y multas que alcanzan los 4,700 euros (5,000 dólares). Los guardabosques tienen la facultad de evaluar posibles violaciones caso por caso.
Aunque el uso de drones con fines recreativos está mayormente prohibido, el NPS utiliza aeronaves no tripuladas para funciones administrativas específicas, siempre que cuenten con la aprobación de los directores regionales. Un ejemplo se encuentra en el Parque Nacional del Gran Cañón, que ha desarrollado una flota de aeronaves no tripuladas para apoyar las operaciones de los guardabosques, como las misiones de búsqueda y rescate.
Estas restricciones impuestas por el NPS subrayan el desafío constante de equilibrar los avances tecnológicos con la protección del medio ambiente y las consideraciones de seguridad en áreas naturales designadas. A medida que la tecnología de drones evoluciona, sigue siendo esencial explorar formas de aprovechar sus ventajas mientras se mitigan los posibles efectos adversos.