Los legisladores estadounidenses instan al Departamento de Comercio a incluir a los drones chinos en las próximas regulaciones para vehículos conectados. El Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino ha expresado sus preocupaciones sobre el potencial de espionaje de los drones fabricados en China.
En una directiva emitida a principios de año, la administración Biden encargó al Departamento de Comercio desarrollar regulaciones para los automóviles conectados a internet producidos en China y utilizados en Estados Unidos, citando vulnerabilidades en la seguridad nacional. Estos vehículos, al mapear infraestructuras críticas y recopilar datos de su entorno y ocupantes, presentan un riesgo de explotación.
Los legisladores ahora expresan preocupaciones similares sobre los drones chinos, advirtiendo que podrían usarse para espionaje, robo de datos o incluso interferencia maliciosa con infraestructuras vitales. Argumentan que las mismas preocupaciones de seguridad nacional aplicables a los vehículos conectados deberían extenderse a los drones, debido a la interconexión y la dependencia de datos de estas tecnologías, lo que las hace susceptibles a ciberataques y brechas de seguridad.
En una carta reciente a la Secretaria de Comercio, Gina Raimondo, se destacó el potencial de los drones chinos para capturar y transmitir datos sensibles a China. Estos datos podrían incluir imágenes de infraestructuras críticas o información personal de ciudadanos estadounidenses. Los legisladores enfatizan que, sin una regulación adecuada, estos drones podrían explotar vulnerabilidades, poniendo en peligro tanto la privacidad individual como la seguridad nacional.
En noticias relacionadas, la versión del Senado de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA) ha pospuesto una prohibición sobre los drones DJI, un importante fabricante de drones chino.
Los legisladores abogan por incluir los drones dentro del mismo marco regulatorio que los vehículos conectados, señalando vulnerabilidades compartidas. Ambas tecnologías dependen de la recopilación, procesamiento y transmisión de datos, ya sea en coches inteligentes y vehículos autónomos o en drones que utilizan sistemas de comunicación avanzados para navegar y ejecutar tareas de manera autónoma. Regular ambos bajo un marco unificado podría establecer estándares de seguridad comprensivos para contrarrestar una amplia gama de amenazas. Alternativamente, los legisladores han sugerido una investigación gubernamental independiente para mitigar los riesgos y restringir los drones chinos del espacio aéreo de Estados Unidos.
“Las empresas de drones con sede en la República Popular China (RPC) dominan el 90% del mercado de drones de consumo en Estados Unidos y el 70% a nivel mundial. Con el software y hardware conectado de estos drones presentando amenazas similares a la seguridad nacional como otros vehículos conectados identificados, dichas transacciones presentan riesgos indebidos e inaceptables para la seguridad nacional de Estados Unidos”, escribieron los legisladores.
El paisaje regulatorio para los drones ya es intrincado y está en evolución. La Administración Federal de Aviación (FAA) ha implementado reglas y directrices para las operaciones de drones, como el registro de pilotos, requisitos de identificación remota, restricciones de vuelo y protocolos de seguridad. Introducir nuevas regulaciones para los drones fabricados en China podría generar confusión y superposición con las políticas existentes. El desafío continúa siendo encontrar una solución equilibrada que garantice la seguridad sin obstaculizar la innovación ni imponer cargas regulatorias excesivas.