El Monte Everest, reconocido a nivel mundial como la cumbre más alta, ha continuado cautivando a aventureros desde que Edmund Hillary de Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa nepalés-indio, alcanzaron su cima en 1953. Desde esa histórica ascensión, la montaña ha visto un aumento en el interés tanto de escaladores profesionales como amateurs; estadísticas recientes indican que 6.664 personas han logrado alcanzar la cumbre. Trágicamente, 340 escaladores han perdido la vida en sus intentos, y 200 cuerpos siguen en la montaña, ya que las operaciones de recuperación suponen riesgos significativos.
El aumento de escaladores no solo ha llevado a la pérdida de vidas humanas, sino que también ha resultado en una considerable degradación medioambiental. El Monte Everest ha obtenido el poco halagüeño título de “Vertedero en la Cima del Mundo”. En respuesta al creciente problema de residuos, se estableció en 1991 el Comité de Control de la Contaminación de Sagarmatha (SPCC) con el apoyo de diversas organizaciones para abordar la basura dejada por los excursionistas. En la actualidad, se estima que aproximadamente 33 toneladas de desechos siguen en la montaña. Como parte de sus iniciativas, el SPCC exige que cada escalador lleve de vuelta 8 kg (18 lbs) de basura, reflejando la media de residuos traídos por los ascensionistas.
Para combatir este problema, en abril de 2024 se llevó a cabo una prueba utilizando drones para la recolección de basura. La iniciativa involucró una colaboración entre cineastas de Hong Kong, la empresa de drones DJI y la compañía nepalí Airlift, junto con el renombrado guía Mingma G Sherpa. Este esfuerzo tiene como objetivo reducir la carga de la gestión de residuos que a menudo recae sobre los sherpas, especialmente tras la desafortunada pérdida de tres sherpas en 2023 durante un intento de limpieza del Khumbu Icefall.
Durante la prueba, se empleó un dron DJI FlyCart 30 para transportar botellas de oxígeno y otros suministros hacia el Campamento 1, ubicado a una altitud de entre 5.300 y 6.000 metros. A su vez, regresó llevando 15 kg (33 lbs) de basura, superando el requisito estándar para los escaladores. Según el ingeniero Johny Jiang, el sistema de vuelo automatizado del dron simplifica el proceso de entrega y recuperación. Esta prueba marca un paso crítico hacia la solución de la contaminación en el Monte Everest, abriendo potencialmente la puerta a futuras iniciativas de restauración medioambiental.