A medida que aumentan los casos de ataques de tiburones en Australia, los drones se están revelando como una herramienta esencial para mejorar la seguridad en las playas. El piloto de drones de 21 años Nathaniel Woodcock recientemente avistó un tiburón blanco acercándose a los bañistas en una playa de Mollymook, una situación que podría haberse convertido en un desastre si no fuera por su rápida respuesta y el sistema de alerta del dron, según un informe de The Washington Post.
Australia ha implementado ahora la mayor operación de vigilancia costera con drones en el mundo, marcando un cambio en las medidas tradicionales de control de tiburones como las redes. Los drones, en combinación con trampas no letales conocidas como SMART drumlines, están proporcionando a las autoridades capacidades de monitoreo sin precedentes para proteger a los bañistas.
“Es importante aclarar que no estamos utilizando drumlines para dañar a los tiburones”, explicó Paul Butcher, un científico del Departamento de Industrias Primarias de Nueva Gales del Sur (DPI).
Con un aumento de los ataques de tiburones no solo en Australia, sino en todo el mundo, incluidos 10 ataques mortales a nivel mundial el año pasado y cuatro solo en aguas australianas, la necesidad de estrategias efectivas de prevención se ha vuelto más urgente. Las redes de tiburones tradicionales, que se han utilizado durante casi un siglo, están siendo vistas ahora como inadecuadas y dañinas para otros animales marinos.
Según Duncan Heuer de Saving Norman, una organización dedicada a la conservación de los tiburones grises en peligro crítico, “Las redes de tiburones tienen un impacto significativo en la vida marina más allá de los propios tiburones”.
El uso de drones ha demostrado ser altamente efectivo, con pilotos de drones avistando 164 tiburones solo durante el período navideño. Este enfoque proactivo contrasta con la naturaleza reactiva de las redes de tiburones, que a menudo no ofrecen una protección adecuada a los bañistas.
A pesar del éxito de la vigilancia con drones, existen desafíos que deben abordarse. Los drones pueden quedar fuera de servicio debido a condiciones meteorológicas adversas, y su efectividad depende en gran medida de la atención de los operadores. Además, el costo de implementar y mantener la tecnología de drones, que es de aproximadamente $14 millones al año para Nueva Gales del Sur, puede plantear desafíos financieros para otras regiones.
Sin embargo, los beneficios potenciales son significativos. El DPI está explorando actualmente el uso de la Inteligencia Artificial para ayudar a identificar especies de tiburones potencialmente peligrosas y está probando “drones en una caja” para su despliegue remoto. Estos avances tecnológicos tienen el potencial de mejorar aún más la seguridad en las playas de Australia.
En conclusión, los drones están desempeñando un papel fundamental en la revolución de la vigilancia de tiburones y la seguridad en las playas de Australia. A pesar de los desafíos existentes, la integración de la Inteligencia Artificial y las tecnologías avanzadas de drones promete aumentar la eficacia para garantizar la seguridad de las zonas costeras. Mientras otras regiones consideran adoptar estrategias similares, es evidente que los drones seguirán siendo un componente crucial para proteger nuestras costas.
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