Este es un ejemplo de lo que ocurre con las legislaciones muy restrictivas, que perjudican a las pequeñas y medianas empresas que intentan abrirse paso en medio del mercado.
La ley SB 142 pretende proteger la privacidad de las personas prohibiendo la filmación desde un dispositivo no tripulado por debajo de los 350 pies de altura, algo, que la mayoría de las empresas que se dediquen a la filmación verán como un crimen a su negocio pues, aquellos que los contratan no quieren solo planos desde tanta altura.
El problema, de nuevo, es que los que legislan creerán que de esta manera evitarán que nadie pueda ver invadida su intimidad por aquellos que en otras ocasiones han realizado vuelos con ese fin, cuando en realidad, estas personas seguirán haciendo lo que quieran con sus drones mientras que a los que realmente perjudica es a aquellos que cumplen con la ley y nunca han invadido la privacidad de nadie porque sus filmaciones son encargos y se realizan a petición de los clientes.
Una de estas empresas afectadas, ha iniciado una recolecta de firmas para que se replanteen la ley SB 142 y evitar destruir un mercado y fuente de impuestos para California.
Fuente: Change
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